Iniciamos la exploración para entender cómo la literatura retrata lo que hoy se conoce como violencia machista con la novela Los recuerdos del porvenir. Elena Garro otorga voz a un pueblo para que relate la violencia del periodo inmediatamente posterior a la revolución mexicana -cebada especialmente contra los cuerpos de las mujeres, de los indígenas y de los perros callejeros. Las consecuencias que el patriarcado deja en las mujeres –ya sea en su individualidad o en la mujer colectiva que formamos- se encarna de manera elocuente en Las medias rojas, de Emilia Pardo Bazán, e Interno con figura, de Cristina Fernández Cubas, dos cuentos que ponen el abuso físico al desnudo. Un abuso que, abrevando de la misma raíz, también se torna desolador cuando carga su ira contra la naturaleza, conquistando territorios o rompiendo el equilibrio de los ecosistemas. En distintos niveles, este intento de dominación de mujer y de atentados continuos contra el medio ambiente hace su aparición en la literatura, a veces primando su representación como territorios sujetos a conquistas y violaciones; otras expresando -desde una mirada ecofeminista- un anhelo de salvación o rebelándose directamente contra las relaciones de poder desigual que permiten su sometimiento. A través de distintos textos literarios (Flor de araribá, Ceniza de ombú, A la sombra de un naranjo y Seda araña), que identificamos como ecofeministas, este artículo repasará cómo naturaleza y mujer reclaman una voz propia para ser sujetas de su presente y futuro.

Nota académica publicada en Cuadernos del CILHA n 34 – 2021 (Dosier: Cartografías culturales: entre efectos y afectos de la violencia de género). ISSN 1515-6125 | EISSN 1852-9615 https://revistas.uncu.edu.ar/ojs3/index.php/cilha

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